La concepción del término traición a la patria se remonta a los orígenes de la formación del Estado y tiene por función, esencialmente, proteger más que a la verdadera integridad del territorio, a la del gobernante de turno.
Sin embargo, es recurrente el uso de ese concepto es constante y amplio en los regímenes de corte totalitario. Es eso lo que identifica, como lo expuso en sus escritos Hannah Arendt , al comunismo y el fascismo, en los que todo lo que no le gustaba a los dictadores era ipso facto calificado como traición a la patria.
En la Venezuela de hoy, y particularmente la regida por Maduro, cualquier acción que le disguste o perturbe, es automáticamente y estentóreamente, sin ninguna prueba o fundamento jurídico, señalada como el mayor crimen.
El que proclama debe recordar que quien tiene rabo de paja no se arrima a la candela y sobre todo cuando este fue actor principal del mal manejo, por razones de interés geopolítico, de la reclamación del territorio Esequibo y de la correcta aplicación del acuerdo de Ginebra de 1966.