OPINIÓN
El venezolano y la xenofobia

Las buenas acciones son abrumadoras: la aceptación por los venezolanos priva sobre el rechazo

Xenofobia es el fenómeno de discriminación y rechazo al extranjero, al que no es de la misma nación o etnia, al que se percibe diferente en uno o varios aspectos como raza, religión, idioma, valores y costumbres, o por muy similar que sea, se le discrimina por su nacionalidad.

La intolerancia xenofóbica tiene múltiples causas pero la base en común es el miedo y su manifestación lógica el odio. Desde miles de años los grupos humanos se han cohesionado a través de símbolos y características comunes que le dan a sus miembros un sentido de pertenencia, una identidad, las continuas y cíclicas guerras y enfrentamientos por territorios y/o recursos ha hecho que se establezca una desconfianza básica por los “extranjeros” que puedan representar una amenaza, una ruptura a la cohesión.

Algunos movimientos políticos y/o religiosos promueven ideas y sentimientos de identidad grupal, nacional y étnica que derivan, en unos casos manifiestamente y en otros solapadamente, en xenofobia.

MANIFESTACIONES DE XENOFOBIA

A medida que en algunas regiones los movimientos migratorios se acentúan se observan manifestaciones de xenofobia, por supuesto, es el escenario adecuado para ello, algunos políticos la exhiben como símbolo de nacionalismo, de amor a su país y el resto de personas pueden tomar el modelo para imitar y derivar en una tendencia. Ya la historia ha dejado escrito, con sangre y lágrimas, el genocida extremo al que llegan las naciones arrastradas por líderes xenofóbicos.

Estereotipar al diferente, cosificarlo y caracterizarlo negativamente es el proceso crucial de la xenofobia y una distorsión del pensamiento, la sobregeneralización, pasa a ser el sesgo definitorio de la xenofobia. Por ello a menor sesgo y mayor racionalidad así como amplitud de conocimientos y buenos sentimientos es menor la probabilidad de ser xenofóbico.

En el inédito y masivo flujo migratorio, por causas políticas, que protagonizamos los venezolanos se han reportado algunos casos de odio xenofóbico, particularmente en dos países de Suramérica que han recibido una significativa cantidad de migrantes provenientes de Venezuela.

Estos hechos, aunque aislados, han sido muy dolorosos para la comunidad venezolana, la mala conducta de algunos, muy pocos, ha afectado a muchos, el venezolano se ha caracterizado por ser sumamente abierto a los extranjeros, al punto de que gran parte de la población de Venezuela tiene ancestros extranjeros, y ha sido Venezuela un refugio para quienes han necesitado salir de sus países por cualquiera razón, siendo aceptados e integrado sin importar color de piel, religión, idioma y costumbres.

De hecho una de las fortalezas del gentilicio Venezolano es su universalidad, su mezcla, su variedad, somos de todos los colores, de todas las creencias, de todas las costumbres, de allí la belleza y particular encanto de la mujer venezolana, la amplitud de pensamiento de nuestros intelectuales y la capacidad de adaptación de nuestros emigrantes.

LA XENOFILIA

Un rasgo notorio del perfil psicológico del venezolano promedio es la xenofilia, la aceptación de los “otros” es una actitud abierta, honesta y amorosa a los demás, sean nacionales o no. Quienes iban a Venezuela se quedaban o se la llevaban, ella se quedaba en ellos, el bondadoso amor del venezolano trascendía fronteras.

En esta hora menguada en la que los peores llegaron al poder, se muestra en ellos la antítesis del venezolano promedio, la maldad y bajeza moral en su más sombría expresión. Son la excepción que confirma la regla, de hecho aprovecharon la candidez de la mayoría para llegar a niveles de degradación insospechados y nunca vistos ni esperados por la sociedad venezolana, emplearon el timo electoral para dar una imagen interna y externa de legitimidad, cuando en realidad la mayoría de los venezolanos no nos identificamos con los antivalores que ellos representan, incluida la xenofobia.

Afortunadamente los intentos de cohesión “chavista” en torno a la xenofobia fueron frustrados muy tempranamente, nada más ajeno a cualquier venezolano que ello, y solo sirvió para seguir mostrando la horrible faz de la tiranía.

Ahora somos quienes buscamos refugio en otras tierras, quienes huimos de un genocidio inédito en tierras americanas, quienes con dolor indescriptible, pero con esperanzas alentadoras, salimos de nuestra amada Venezuela. Aunque la mala publicidad es más difundida, en realidad las buenas acciones son abrumadoras, la aceptación y admiración por lo venezolanos priva sobre el rechazo, pero las buenos noticias no son noticia.

Citando al genial argentino Facundo Cabral; «Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan a la vida», por cada venezolano desviado hay millones de venezolanos que hacemos lo correcto, que nos integramos y aportamos trabajo y buenas actitudes, que somos ejemplo de esfuerzo y gentileza, somos mayoría afuera y somos mayoría adentro, la lección ha sido dura pero entendida, nunca más dejar la política en manos de los peores, los próximos políticos que administren el país deben ser un reflejo del buen venezolano, es decir, de la mayoría.

NO ES MAYORÍA

La xenofobia hacia los venezolanos no es mayoría, no la promovamos como noticia, la xenofilia (antónimo de la xenofobia) del venezolano si es legendaria y ahora se evidencia en la capacidad de asimilación y aculturación, salimos a otras naciones con el mismo espíritu que en su momento recibimos a los de otras naciones, con buena actitud, con una alegría disminuida por las circunstancias pero que aún se expresa en la gentil sonrisa de un mesero y/o de un profesional venezolano en el extranjero, somos Venezuela en el mundo, llevamos su luz y su aroma en la piel.

Agradezcamos con humildad a la naciones que hoy nos acogen, entendamos en sus limitaciones a los pocos que nos estereotipan y rechazan, alimentemos la llama de la esperanza en el resurgimiento de nuestra nación, sigamos esparciendo la luz y el aroma de Venezuela en el mundo. Al final el aroma de Venezuela, aunque único y distinguible, está mezclado en su origen de fragancias sin fronteras, ese aroma que ahora está esparcido también se compone de olores de esas naciones.

“La ignorancia es la causa de todos los males que el hombre se hace y hace a otros…”

Simón Rodríguez (1769 – 1854)

ARTÍCULO DE EL VENEZOLANO (Miami)

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